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Las claves y los asesinos en los que se basó 'Mindhunter'

La prestigiosa editorial Crítica publica el próximo 9 de enero 'Mindhunter', el libro del agente John Douglas en el que se basa la serie homónima dirigida y producida por David Fincher sobre asesinos en serie. Aprovechamos la publicación en donde Douglas relata sus experiencias en la Unidad de Ciencias del Comportamiento del FBI para profundizar en los sangrientos hechos reales en los que se basa la serie de Netflix.



JOHN E. DOUGLAS / HOLDEN FORD (JONATHAN GROFF)


A diferencia de los asesinos que aparecen en la serie, los investigadores son personajes de ficción, aunque su carrera profesional es muy real. Así, Holden Ford, el agente del FBI encarnado por Jonathan Groff, es una reinvención del agente John E. Douglas, autor del libro en cuyas primeras 150 páginas se basa la primera temporada de la serie creada por John Penhall. De modo que hay 'Mindhunter' para rato, en el libro sobra material para varias temporadas más.

‘Mindhunter’ es la crónica del florecimiento, a finales de los años 70, de un nuevo tipo de psicología criminal, que permite un acotado perfil del asesino a partir de la escena del crimen y la información disponible. Cual moderno Sherlock Holmes, Douglas fue uno de sus principales impulsores. Suya es la idea de entrevistar a asesinos convictos para establecer patrones de conducta. Si el asesino no siente la menor empatía por sus víctimas, el trabajo de Douglas consistió en meterse en la cabeza del cazador cazado, para poder atrapar a los que campan perpetrando atrocidades a sus anchas: “El viaje a la mente del agresor violento sigue siendo una búsqueda constante del descubrimiento. Los asesinos en serie son, por definición, asesinos de “éxito” que aprenden de la experiencia. Sólo tenemos que aprender más rápido que ellos”, sentencia en su libro.

Si todo esto les suena a 'El silencio de los corderos' (Jonathan Demme, 1991) es porque Thomas Harris se inspiró en él para crear el personaje de Jack Crawford, que aparece, con distintos rostros, en las adaptaciones de sus novelas. Sus circunstancias personales son distintas a las del protagonista de la serie, todavía vive, y en años posteriores a la publicación del libro, que vio originalmente la luz en 1995, ha sido consultado para casos tan importantes como los de los Tres de West Memphis (inmortalizado en la monumental trilogía 'Paradise Lost', de Berlinger y Sinofsky) o el de Amanda Knox, que ha sido objeto de un documental de Netflix.

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ROBERT K. RESSLER / BILL TENCH (HOLT MCCALLANY)




Holden Ford en la serie tiene como compañero de fatigas a Bill Tench, un personaje inspirado en Robert K. Ressler (1937-2013), un fuera de serie que posteriormente participó en la caza de asesinos como Ted Bundy o Jeffrey Dahmer; ideó una base de datos a nivel nacional de manera a que pudiera seguirse el rastro sangriento de un asesino en serie de un estado a otro (para no volver a oír aquello de 'Esto se escapa de mi jurisdicción') y, una vez jubilado, fue requerido como asesor por todo el mundo, de Japón a Ciudad Juárez (es el Albert Kessler de la novela '2666', de Roberto Bolaño), pasando por Yorkshire y Sudáfrica. Al igual que Douglas, con el que hay indicios de que no acabó muy bien, Ressler también relató sus reveladoras experiencias en tres títulos clave para todo freak de los serial killers: 'El que lucha con monstruos' (Seix Barral), 'Dentro del monstruo' (Alba) y 'Asesinos en serie' (Ariel).

Aunque no se parece en nada a su réplica de ficción, Ressler sí participó, junto a Douglas y a Ann Burgess, en las entrevistas e investigaciones que condujeron a la publicación de 'Sexual Homicide' (1988) y 'Crime Classification Manual' (1992), que firmaron los tres. La serie viene a ser una suerte de making of de estos manuales que revolucionaron la criminología, y que fueron la respuesta lógica a la demencial proliferación de asesinos en serie, un fenómeno internacional, pero que se ha dado sobre todo en Estados Unidos. De hecho, tal y como se ve en la serie, fue Ressler quien acuñó la expresión “serial-killer”.



Cabría preguntarse por qué hay tantos serial killers en el país de Hollywood y Disneylandia. En 'Dentro del monstruo', Ressler lo achacaba precisamente a un exceso de fantasía: “El problema es que la realidad (el asesinato de una víctima) nunca está a la altura de sus mejores fantasías. La ficción es siempre superior, porque se refina y perfecciona constantemente; por eso va siempre por delante de los asesinatos”. En otras palabras: la ficción jugueteando con la realidad, que también es la esencia de la serie.
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ANN W. BURGESS / WENDY CARR (ANNA TORV)




La gélida y sofisticada Wendy Carr es sin duda el personaje más sugerente de los tres investigadores, aunque no se parece demasiado al modelo real en el que se inspiró John Penhall, el creador de la serie: la venerable enfermera Ann W. Burgess. En una entrevista reciente para Pacific Standart Mag, Burgess le quitaba hierro a las características de su personaje, tan distinto a ella, asumiendo que, tratándose de una ficción, podían describirla con total libertad.

En el libro, John E. Douglas le dedica una descripción de lo más técnica e impersonal: “Profesora de enfermería de salud mental psiquiátrica en la escuela de enfermería de la Universidad de Pensilvania y subdirectora de investigación de la misma Universidad para el Departamento de Salud y Hospitales de Boston. Burgess era una autora prolífica y ya muy conocida como una de las principales autoridades del país en violación y sus consecuencias psicológicas”. Ahí sigue en la actualidad, porque, a diferencia de Wendy, Ann W. Burgess nunca abandonó el ámbito académico para trabajar en un sótano de las oficinas de Quantico.

Ann W. Burgess siguió centrada en sus estudios sobre los traumas derivados de abusos y violaciones en mujeres, un tema de rabiosa actualidad. Colaboró eso sí, a lo largo de los años, con las investigaciones de Douglas y Ressler, interesada como estaba en todos los crímenes de naturaleza sexual. Cabe recordar que, salvo en contadas excepciones como el caso de Aileen Vuornos (por el que Charlize Theron, productora de 'Mindhunter', se llevó el Oscar), los asesinos en serie suelen ser hombres con algún tipo de retorcido móvil sexual. De ahí que se presentaran para Burgess como la hipérbole de los peores instintos masculinos, que tienen a las mujeres como víctimas preferentes. 

Episodios: Todos.

EDMUND KEMPER, “EL ASESINO DE COLEGIALAS” (CAMERON BRITTON)



Uno de los platos fuertes de la serie es sin duda la magistral recreación que Cameron Britton lleva a cabo del gigantesco Ed Kemper, un célebre asesino en serie de más de dos metros de alto, que mató al menos a 10 personas entre 1964 y 1973. Douglas y Ressler empezaron su serie de 36 entrevistas con asesinos (en serie), sentándose ante uno de los más legendarios, y la serie de Netflix reproduce con máxima exactitud sus sangrientas hazañas, que empezaron muy tempranamente, a los 15 años, asesinando a sus propios abuelos.

Cuando recuperó la libertad, Kemper supo convencer a los psiquiatras que se había rehabilitado, aunque en realidad asistía a terapia con la cabeza de una joven esperándole en el maletero de su coche. La espiral de violencia no cesó hasta que se decidió a terminar con la vida de su dominante madre, a la que decapitó y violó post mortem. “Me pareció apropiado, por haberme aburrido a quejas, gritos y chillidos tantos años”, comentó sobre el crimen que puso fin a su carrera, como si las colegialas no hubiesen sido más que un ensayo o una preparación. Después de matar a su madre, ese mismo día, optó por entregarse, confesando todos sus crímenes. Incluso aquellos en los que no habían pruebas contra él. Cuestión de ego. 

John E. Douglas cayó en cierta medida bajo el influjo manipulador de su carisma, y así lo refleja en sus memorias: “No sería sincero si no admitiera que Ed me caía bien. Era simpático abierto, sensible y tenía sentido del humor. Me gustaba estar con él, hasta el punto en que esto puede decirse en semejante contexto”. Más adelante añade: “es mucho más listo y tiene muchas más habilidades personales que la mayoría de asesinos en serie con los que he hablado, reconoce con ingenuidad que no debería quedar en libertad”. Por supuesto que no, y ahí sigue, con 68 años encerrado de por vida en California.

Episodios: 1.2, 1.3 y 1.10.

DENNIS RADER ALIAS BTK (SONNY VALICENTI)


El caso de Dennis Rader, otro asesino en serie muy famoso, es quizás el más apasionante en su traslación del libro a la pequeña pantalla, por la sencilla razón de que, cuando se publicó originalmente 'Mindhunters', en 1995, todavía no le habían pillado. En su libro, John E. Douglas no se refiere a él por su nombre propio, sino como “BTK” (siglas de “Bind, Torture and Kill”), el sobrenombre que el mismo se había adjudicado para firmar sus misivas a la prensa, en donde clamaba “¿A cuantos tengo que matar para ver mi nombre en los periódicos o tener un poco de atención nacional?”.

Rader mató a 10 personas entre 1974 y 1991, empezando por los cuatro miembros de una misma familia. Y no fue capturado hasta 2005, gracias a su ego. Aunque en teoría había dejado de matar, se enorgullecía tanto de su sangriento legado que seguía enviando misivas. Los mensajes de Rader, un hombre religioso, respetable miembro de la comunidad, casado y con dos hijos, eran a veces regalos simbólicos, como muñecos simulando la posición de los cadáveres dentro de cajas de cereales, u objetos sustraídos de la escena del crimen, hasta que al final se animó a enviar un disket con sus hazañas, y eso fue lo que le delató.

Así pues, cuando le vemos aparecer al principio de algunos capítulos de 'Mindhunter', su rostro, aunque inmediatamente reconocible para cualquier freak de los serial killers, sigue siendo un misterio a lo 'Zodiac' para los investigadores. Así lo apunta un apesadumbrado Douglas en 1995: “En algunos casos nuestros métodos apuntan a un tipo de sospechoso, pero no conseguimos pruebas suficientes para una detención o una acusación. Uno de estos casos fue el “Estrangulador BTK” en Wichita, Kansas, a mediados de los años 70”. Y más adelante: “En una de sus comunicaciones publicadas, comparó su obra con la de Jack el Destripador, el Hijo de Sam y El Estrangulador de la Colina, todos perdedores oscuros que se habían hecho famosos en los medios gracias a sus crímenes. Atribuyó sus actos a un “demonio” y un factor X”, lo que provocó en la prensa una amplia especulación psicológica sobre su personalidad”. Todo indica que veremos en acción a Rader en la segunda temporada, para desesperación del trío protagonista. 

Episodios: 1.3, 1.4, 1.7, 1.9 y 1.10.

MONTE RALPH RISSELL, EL ASESINO PRECOZ (SAM STRIKE)



El segundo gran entrevistado por Bill Tench y Holden Ford presenta similitudes y disonancias con Ed Kemper. Entre las primeras, su precocidad. Nacido en 1959, a los 14 años se convirtió en violador en serie, y a los 18 ya en asesino. Y también está el fantasma de una madre dominante, que salta a la vista en una frase, muy real, que suelta a sus entrevistadores: “si me hubiesen dejado ir con mi padre en vez de con mi madre cuando se separaron, podría haber sido abogado en vez de pasar toda mi vida en la penitenciaría de Richmond”.

Al igual que Kemper, durante su estancia en un asilo, también supo convencer a los psicólogos que estaba mejorando, y conseguía permisos que aprovechaba para seguir perpetrando violaciones. Sin embargo, a diferencia de Kemper, no escogía cuidadosamente a sus víctimas. Era más bien, “un asesino desorganizado”. Su primer asesinato vino dado por un disgusto amoroso. Su novia le dejó, y se fue con otro. Rissell optó por desahogarse atacando a la primera mujer solitaria que se cruzó en su camino. La mala suerte quiso que fuera una prostituta, y que Rissell se enfureciera al creer que estaba disfrutando con el acto.

Una vez traspasada la línea, Rissell volvió a matar a otras cuatro mujeres antes de ser capturado sin haber cumplido los 19. Siempre mataba cerca del bloque de apartamentos donde vivía, como si, en el fondo, no le importara que lo capturaran. Cuando Ford y Tench le visitan en la cárcel, no hace tanto que ha sido apresado, y la conversación que mantienen vuelve a ser, como en los casos anteriores, una casi textual traslación de lo que John E. Douglas reseña en su libro. 

Episodios: 1.4.


JERRY BRUDOS, EL ASESINO TRANSFORMISTA (HAPPY ANDERSON)



“Jerry Brudos era un fetichista de los zapatos. Si eso fuera todo, no habría problema. Pero, debido a una serie de circunstancias, incluida una madre castigadora y dominante y sus propias obsesiones, pasó de algo ligeramente extraño a algo letal”, comenta John E. Douglas sobre el caso que la serie vuelve a reproducir con todos sus escabrosos detalles. 

La obsesión de Brudos empezó también muy tempranamente con el hallazgo de unos zapatos de tacón en un vertedero, que su madre le obligó a quemar… Así, poco a poco, se fue consolidando como un fetichista que llegó a atesorar cientos de pares de zapatos de mujer en el sótano de la casa en la que vivía con su mujer e hijos, como otro respetable miembro de la comunidad. También le gustaba travestirse (uno de sus crímenes lo perpetró vestido de mujer), y era fotógrafo aficionado (una de sus fotos le delató).

Los zapatos y la ropa de mujer no eran más que una pequeña excentricidad hasta que un mal día una atractiva vendedora de enciclopedias llamó a la puerta equivocada... Su pie izquierdo acabó en el congelador de Brudos, calzando uno de los zapatos de su colección. Primer fetiche de carne y hueso. Hubieron más. Entre 1966 y 1969 cayeron otras cinco mujeres, a las que asesinó, violó (a veces por este orden), mutiló y fotografió cumpliendo con todas sus fantasías. Hay que aplaudir el repugnante barniz que sabe darle el actor Happy Anderson a su personaje en las escenas de la serie. El asco en estos casos puede resultar más reconfortante que la perturbadora fascinación que despierta Kemper. 

Episodios: 1.7 y 1.8.

RICHARD SPECK, EL TERROR DE LAS ENFERMERAS (JACK ERDIE)




Richard Speck es el último de los asesinos convictos interrogados por Holden Ford en la serie, y posiblemente el más famoso de todos ellos. Nacido en 1941, y fallecido en la cárcel 49 años después, no pasó a la Historia como un asesino en serie, sino como “un asesino de masas”. Él mismo quiso distinguirse de los demás entrevistados cuando se enfrentó a John E. Douglas: “Esta gente está loca, yo no soy un asesino en serie”. En efecto, una noche de 1966, mató a seis enfermeras. Sólo que en la casa habían siete. El asesino había “perdido la cuenta” en aquel “frenesí de violación, estrangulamiento, puñaladas y cortes”. Le pillaron cuando acabó en el hospital una semana después, tras un intento de suicidio. Le traicionó el premonitorio tatuaje que llamó la atención de Corazón Amurao, la única superviviente: “Born to Raise Hell”.

El caso llegó a copar las primeras páginas de los periódicos de todo el mundo por su carácter espantoso, pero sobre todo por el testimonio de aquella enfermera que salió ilesa, y pudo contarlo todo, con todo lujo de detalles. Anclado en la cultura pop, el caso Speck también inspiró una de las tramas de la primera temporada de 'American Horror Story', la serie de Ryan Murphy, donde también aparecen enfermeras maniatadas, una fantasía recurrente para mentes enfermas. 

Condenado a muerte, su pena fue conmutada por cadena perpetua, causando no poco escándalo. Sobre todo cuando, unos años después de que los investigadores del FBI lo visitaran en la cárcel, saliese a la luz un vídeo casero filmado en la penitenciaría de Illinois en 1988 en donde Speck, que se había declarado homosexual, aparecía hormonado y únicamente vestido con unas bragas azules, jactándose de sus crímenes y de lo bien que se lo pasaba en la cárcel esnifando cocaína y practicándole sexo oral a un recluso afroamericano. 

Episodios: 1.9.

DARRELL GENE DEVIER, EL DON NADIE (ADAM ZASTROW)


El último de los asesinos que aparece en 'Mindhunter' no es ninguna celebridad en el abyecto reino del crimen más sangriento y depravado. “Sólo” mató a una niña de 12 años, Mary Frances Stoner, en Georgia, en diciembre de 1979. Según John E. Douglas, “condenado y sentenciado a muerte. Fue ejecutado en la silla eléctrica en Georgia el 18 de mayo de 1995, casi dieciséis años después del asesinato y su detención, casi cuatro años más de los que dispuso Mary Frances”.

Devier nunca fue nadie, ni siquiera en el abyecto panteón del crimen, pero para John E. Douglas fue un caso esencial, ya que le permitió poner a prueba sus ideas. Así lo reconoce en su libro: “usé el caso Stoner como laboratorio para mis teorías”. 

Una vez más, el estudiado interrogatorio del sospechoso, toda una puesta en escena que incluía el “arma” del crimen (una roca ensangrentada) y se saltaba el manual de ética del FBI, se dispuso siguiendo las indicaciones de Douglas, demostrando que sus investigaciones basadas en entrevistas con mentes retorcidas no habían sido en balde, sino todo lo contrario, que marcaban el inicio de una nueva era de mayor sofisticación en la criminología.

EL HIJO DE SAM Y OTRAS PROMESAS CON FUTURO



Aunque en la realidad, según refleja John E. Douglas en su libro, la entrevista con el famosísimo Hijo de Sam, alias de David Berkowitz, se produjo justo después de la de Monte Rissell, su aparición, como la de Charles Manson, que también aparece explícitamente citado (con una diapositiva, que se proyecta en las oficinas de Quantico), tendrá lugar en la ya muy esperada segunda temporada. 

La portada de Time, que anuncia la detención de Berkowitz y aparece en los primeros capítulos, nos ayuda a fechar con bastante exactitud el arranque de la serie, pues el asesino ya inmortalizado por Spike Lee 'Summer of Sam' (1999) fue detenido el 31 de julio de 1977 dando fin a un verano que duró un año, y dejó seis muertos y ocho heridos graves. 

Recordemos que Ressler y Douglas llegaron a entrevistarse con 36 asesinos en serie en total, resolviendo algunos casos por el camino. Así que lo dicho: Hay 'Mindhunter' para rato. 

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